Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como https://safiyauekt939615.bcbloggers.com/37489124/cómo-reaccionaron-los-jugadores-al-cabezazo-de-zidane