Al tenerlo en sus brazos, María ve de cerca la gravedad y profundidad de todas las llagas y heridas de su hijo, reavivando el dolor. Este dolor final es la culminación del duelo de Nuestra Origen, y el libranza de su dolor hacia la resurrección prometida. Señor mío Redentor, yo https://josefac047qlh6.scrappingwiki.com/user